Un problema ecológico que se ha salido de control.
VIERNES 18/JULIO/2008
BALANCÁN, TABASCO
JULIAN MALDONADO LAINES
TABASCO HOY/Corresponsal
Radio Noticias Balancán (RNB)
Una de las mayores amenazas para la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos continentales, y para las pesquerías de agua dulce en México, son los llamados peces diablo, también conocidos como plecos, “limpiapeceras” o “limpia-vidrios”. Desde su introducción en los cuerpos de agua epicontinentales del país (ríos, lagos, lagunas, esteros), se han expandido alarmantemente en unos cuantos años.
Los plecos, un grupo de especies nativas de la cuenca del Amazonas en Sudamérica, pertenecen a la familia Loricariidae, de la cual se conocen hasta el momento más de 680 especies en el mundo y aún existen varias sin descubrir.
Existe al menos una docena de especies de plecos establecidos en el medio silvestre, fuera de su área de distribución (exóticos), y se han convertido en especies invasoras en diversas regiones del planeta, como México, los Estados Unidos (Texas, Florida y Hawai), Taiwán, Filipinas, Japón y Singapur. En México, en 1995 se detectaron estos peces por primera vez en el río Mezcala, en la cuenca del río Balsas. Posteriormente, se han registrado en Tecpatán, Chiapas, en la cuenca del río Grijalva, en varias localidades cercanas a Villahermosa,Tabasco, principalmente el río Usumacinta y sus vertientes.
Uno de los mayores problemas que representa estas especies es que su identificación taxonómica es particularmente confusa actualmente existen varias en el país, Hypostomus spp y Pterygoplichthys spp, y otras no identificadas, los pescadores mexicanos le llaman “pez diablo”, no solamente por su aspecto, sino también porque puede vivir más de 12 horas fuera del agua y porque “camina” sobre sus aletas.
Esto es factible porque aprovecha el oxígeno del aire, mientras que su rigidez le permite levantarse con las aletas para avanzar y desplazarse fuera del agua.
Sus escamas se transforman en una especie de escudos que al fusionarse le dan rigidez y dureza a todo el cuerpo como si fuera un cofre; además, tiene espinas en las aletas, en sus costados y en el lomo, por lo que fácilmente rompe las redes de pesca y daña las manos de los pescadores.
Este extraño y exótico pez se ha convertido en una plaga en varias zonas del país, especialmente en los estados de Michoacán, Tabasco y Chiapas.
EFECTOS NEGATIVOS DEL PEZ DIABLO
Este pez ha generado tres grandes efectos negativos: el primero se deriva al convertirse en un pez dominante entre las especies mexicanas, por no tener enemigos naturales en la cadena alimenticia (que en Sudamérica son los cocodrilos, en donde abundan, a diferencia de México), es decir, no tiene depredador.
El segundo se origina porque al alimentarse, succiona el fondo sin seleccionar su alimento, y en muchas ocasiones traga los huevos que algunos peces depositan en el fondo de su hábitat, lo cual impide la reproducción de crías.
Finalmente, el tercer problema es resultado de la ausencia de medidas sanitarias respecto de los tiraderos de estos peces, que al resultar extraños para los pescadores no se aprovechan, sino que simplemente se tiran, descomponen y terminan contaminando un medio que antes de su aparición no contemplaba dicho daño, y donde los pescadores no tienen ni tiempo ni dinero para prevenirlo.
1 comentario:
sabes qe en ecuador estos peces se los comen como cualkier otro pez!!
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