La ciudad de barro resguarda en lo alto la iglesia de Santiago Apóstol, es el único legado arquitectónico.
VIERNES 05/FEBRERO/2010
TACOTALPA, TABASCO, MÉXICO
MARIO ALBERTO MENDOZA
VIERNES 05/FEBRERO/2010
TACOTALPA, TABASCO, MÉXICO
MARIO ALBERTO MENDOZA
TABASCO HOY/Corresponsal
Balancan.com
Con un legado arquitectónico único, localizado donde convergen los ríos Amatán y Oxolotán, la villa Tapijulapa, se yergue como un gigante en el umbral de un mundo mágico, resguardado desde lo alto por su iglesia de Santiago Apóstol, construida en el siglo XVII por frailes franciscanos, testigo de los acontecimientos que engrandecen la policromía que adorna el sitio.
En recorrido por la zona, en la actualidad se encuentra a la vista el esplendor que data desde hace 3 siglos, pues la comunidad, con mucha influencia zoque, mantiene sus costumbres, destacando su gastronomía, en la que se degustan platillos como el pushiane o guiso del xote (shote), que es un caracol de arroyo y el tamal de fríjol, envuelto en hojas de una planta aromática nativa que se conoce como momo.
Iglesia de Santiago Apostol, domina el paisaje en la mágica ciudad.
La enorme belleza de Tapijulapa, resalta por sus calles adoquinada y el techo de las casas, construidos con tejas de barro rojo y sus paredes blancas, lo que dentro del verdor de la selva y sierra que rodea la pintoresca población de 2 mil 395 habitantes, hace sobresalir a distancia su inédita presencia, ahora admirada como parte del ensueño mágico que enlaza los pueblos con éstas características.
Debido a su gran belleza natural, la villa ha sido escenario de grandes proyectos, que incluyen telenovelas de gran aceptación como la Dueña, producida por el grupo Televisa, cuyo fondo estuvo adornado por el río Amatán y Oxolotán.
Los amos del mimbre
Es en Tapijulapa, donde los naturales de la región, la mayoría de la etnia zoque y chol, dieron uso al bejuco conocido hoy como mimbre, el cual ha dado origen a la grandeza de los artesanos quienes exponen sus creaciones de todo tipo, a la vista de los visitantes.
Pero es desde lo alto, donde domina la iglesia de Santiago Apóstol, que se puede ver la grandeza de la villa, con sus callejones convergentes y sus techos de barro rojo, como un manto pintado por el pincel de algún pintor universal.
Guarda belleza ancestral
Ahora, los turistas pueden hospedarse en un hotel comunitario, caminar por las calles adoquinadas, en donde el cableado ha sido colocado de manera subterránea y en donde los habitantes ofertan todo tipo de productos, nada hace falta para los que gusten penetrar en la mágica historia que guarda la impresionante villa.
Con un legado arquitectónico único, localizado donde convergen los ríos Amatán y Oxolotán, la villa Tapijulapa, se yergue como un gigante en el umbral de un mundo mágico, resguardado desde lo alto por su iglesia de Santiago Apóstol, construida en el siglo XVII por frailes franciscanos, testigo de los acontecimientos que engrandecen la policromía que adorna el sitio.
En recorrido por la zona, en la actualidad se encuentra a la vista el esplendor que data desde hace 3 siglos, pues la comunidad, con mucha influencia zoque, mantiene sus costumbres, destacando su gastronomía, en la que se degustan platillos como el pushiane o guiso del xote (shote), que es un caracol de arroyo y el tamal de fríjol, envuelto en hojas de una planta aromática nativa que se conoce como momo.
Iglesia de Santiago Apostol, domina el paisaje en la mágica ciudad.
La enorme belleza de Tapijulapa, resalta por sus calles adoquinada y el techo de las casas, construidos con tejas de barro rojo y sus paredes blancas, lo que dentro del verdor de la selva y sierra que rodea la pintoresca población de 2 mil 395 habitantes, hace sobresalir a distancia su inédita presencia, ahora admirada como parte del ensueño mágico que enlaza los pueblos con éstas características.
Debido a su gran belleza natural, la villa ha sido escenario de grandes proyectos, que incluyen telenovelas de gran aceptación como la Dueña, producida por el grupo Televisa, cuyo fondo estuvo adornado por el río Amatán y Oxolotán.
Los amos del mimbre
Es en Tapijulapa, donde los naturales de la región, la mayoría de la etnia zoque y chol, dieron uso al bejuco conocido hoy como mimbre, el cual ha dado origen a la grandeza de los artesanos quienes exponen sus creaciones de todo tipo, a la vista de los visitantes.
Pero es desde lo alto, donde domina la iglesia de Santiago Apóstol, que se puede ver la grandeza de la villa, con sus callejones convergentes y sus techos de barro rojo, como un manto pintado por el pincel de algún pintor universal.
Guarda belleza ancestral
Ahora, los turistas pueden hospedarse en un hotel comunitario, caminar por las calles adoquinadas, en donde el cableado ha sido colocado de manera subterránea y en donde los habitantes ofertan todo tipo de productos, nada hace falta para los que gusten penetrar en la mágica historia que guarda la impresionante villa.
Según los habitantes fue hasta 1979, cuando se terminó de reconstruir en su totalidad Tapijulapa, con sus majestuosos atractivos e inigualable belleza natural permanente.
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