Anunció su crimen el autor intelectual y material.

Marco Iván Soto Vidal, ‘El Chelo Satán’ dijo a sus amigos que robaría la casa de una familia y nadie le creyó.

MARTES 08/SEPTIEMBRE/2009
VILLAHERMOSA
AGENCIAS
Balancan.com

El joven Marco Iván Soto Vidal, alias “El Chelo Satán” presunto autor intelectual y material del asesinato de la familia Fuentes Arguelles junto con otros tres jóvenes, ocurrido al pasado sábado, anunció a sus amigos que cometería el crimen, pero nadie le creyó. Así lo revelaron a Tabasco HOY el día de ayer menores de edad cercanos al presunto multihomicida, quien según especialistas consultados, presenta además rasgos de personalidad psicopática, manipuladora y egocéntrica.

“El Chelo Satán, como conocemos a Marco Iván Soto Vidal, nos anunció el robo que iba a cometer, el cual programó para perpetrarlo el lunes 7 de septiembre. No sabemos por qué se adelantó; nos dijo que entraría a una vivienda que se encontraba en el fraccionamiento cuyo propietario es el dueño del Hotel Miraflores”.

Y es que aparentemente, según versiones recabadas en los planteles educativos en los que cursó, el multihomicida tenía antecedentes de drogadicción, por lo cual fue expulsado de la escuela, además de robo.

En una ocasión, Marco Iván Soto Vidal habría ofrecido a sus dos amigos, ambos de complexión delgada y un poco más altos que Marco Ivan, “un trabajo” en donde ganarían 4 mil pesos diarios. Ante la cara de sorpresa de sus amigos, les dice: “En verdad guey. Sólo tienen que darme el número telefónico y se les va a dar instrucciones por medio de el. Y el trabajo consiste en ir a entregar o recoger, lo que les pida la persona que les hablaría por teléfono”.

Marco Ivan y sus complices, uno esta profugo todavía.

Cabe destacar que el día en que acontecieron los sangrientos hechos en la casa de la familia Fuentes-Arguelles, el Chelo Satán, vio a los dos amigos que fueron entrevistados por Tabasco HOY, uno por la mañana y otro por la noche. Alrededor de las 10 de la noche, Marco Iván le pidió que lo fuera a ver a la caseta de vigilancia (del fraccionamiento Tucán, en donde vive), ya que necesitaba hablar con él y ahí le resolvería lo de un dinero que le había pedido prestado.

Afirma que cuando llegó al fraccionamiento, Marco Iván estaba hablando con Ricardo (Hernández Rodríguez, el vigilante), con el cual aparentemente había entablado amistad. “Si usted lo viera, diría que tenían años de conocerse. Pero (Ricardo Hernández) en realidad tenía unos 3 meses de trabajar como vigilante por las noches.

“Llegando me vuelve a ofrecer el trabajo, y me recalca el dinero que me pagarían. Al negarse por segunda vez, ve que el “Chelo Satán”, saca una cartera de su pantalón, la abre y cuenta el dinero que traía en esos momentos, unos 1,500 pesos.

“Anda ahí tienes para prestarme el dinero”, le dice a Iván, a quien le asegura que ese dinero lo utilizaría para la compra de libros. Iván se ríe a carcajadas, y le dice: “Pues si tú no estudias buey, repruebas todas las materias”.

“Ya me tengo que guardar (dijo para despedirse, término que utilizaba para decir que tenía que estar en su casa, ya que sus padres podrían notar su ausencia).

Fue hasta el día siguiente cuando se enteró por la radio lo que sucedió en el Fraccionamiento Tucanes. Le vino a la mente la confidencia de Iván, cuando le dijo que el lunes robarían en “la casa del dueño del hotel Miraflores”. Exclama: “Ese idiota lo cometió (el crimen)”.