El astronauta José Hernández tiene previsto formar parte de una misión espacial el 6 de agosto, cuyo objetivo es continuar con la ampliación y el desarrollo de la Estación Espacial Internacional.
VIERNES 30/ENE/2009
HOUSTON, TEXAS, EU.
AGENCIAS
Balancan.com
El astronauta José Hernández, hijo de un matrimonio de campesinos mexicanos, cumplirá su gran sueño al participar en una misión de la NASA que lo enviará a la Estación Espacial Internacional (EEI).
El próximo 6 de agosto Hernández, de 45 años, tiene previsto formar parte de una misión espacial, específicamente la STS-128, cuyo objetivo es continuar con la ampliación y el desarrollo de la EEI.
"Mis tareas incluyen ser el operador principal de la mano robótica del transbordador y la mano robótica de la estación internacional", explicó Hernández a Efe minutos antes de iniciar una sesión de entrenamiento en el hangar principal del Centro Espacial Lyndon B. Johnson, en Houston.
Sus padres eran originarios de la localidad michoacana de La Piedad, ubicada en la zona central de México, y trabajaban recogiendo la cosecha, tanto en su país como en Estados Unidos.
"Cada año nosotros íbamos a California a seguir las cosechas del campo y era aproximadamente en marzo cuando iniciábamos el viaje. Empezábamos en el sur de California y hacíamos todo el recorrido hasta el norte. En noviembre acababa la cosecha y regresábamos a México", recordó.
Hernández, quien nació en California, cursó Ingeniería con especialidad en señales y sistemas en la Universidad del Pacífico.
En 2000 empezó a trabajar para la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por su siglas en inglés) y después de varios intentos infructuosos, en 2005 fue admitido en el programa de astronautas.
Para este hispano lo más duro no ha sido el aspecto de preparación física, sino el estudio de todos los componentes de la misión asignada.
"Lo más difícil es aprender los sistemas del transbordador, aprender los sistemas de la estación internacional y cómo reaccionar si algo va mal durante el vuelo. Esos son los entrenamientos más difíciles. Más bien se trata de una gran preparación mental y de mucho estudio", comentó.
Hace tres años, este astronauta creó una fundación sin ánimo de lucro, que lleva su nombre, con el objetivo de difundir por un lado la idea de que cualquier sueño se puede hacer realidad y, por otra parte, transmitir cuál es la relevancia de los programas de exploración espacial.
Ante la posibilidad de que la crisis económica y la llegada a la presidencia del demócrata Barack Obama puedan perjudicar el futuro de la NASA, el astronauta destacó que hay que tener en cuenta que los programas de exploración espacial pueden generar tecnologías que den resultados específicos y prácticos.
"Hay varios estudios que han enseñado que, tanto Estados Unidos, como China y otros países, en definitiva las naciones que mantienen programas de exploración espacial pueden usar esas tecnologías y hay un beneficio para la economía porque incluso pueden convertirse en una fuente de creación de empleo", aseveró.
VIERNES 30/ENE/2009
HOUSTON, TEXAS, EU.
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El astronauta José Hernández, hijo de un matrimonio de campesinos mexicanos, cumplirá su gran sueño al participar en una misión de la NASA que lo enviará a la Estación Espacial Internacional (EEI).
El próximo 6 de agosto Hernández, de 45 años, tiene previsto formar parte de una misión espacial, específicamente la STS-128, cuyo objetivo es continuar con la ampliación y el desarrollo de la EEI.
"Mis tareas incluyen ser el operador principal de la mano robótica del transbordador y la mano robótica de la estación internacional", explicó Hernández a Efe minutos antes de iniciar una sesión de entrenamiento en el hangar principal del Centro Espacial Lyndon B. Johnson, en Houston.
Sus padres eran originarios de la localidad michoacana de La Piedad, ubicada en la zona central de México, y trabajaban recogiendo la cosecha, tanto en su país como en Estados Unidos.
"Cada año nosotros íbamos a California a seguir las cosechas del campo y era aproximadamente en marzo cuando iniciábamos el viaje. Empezábamos en el sur de California y hacíamos todo el recorrido hasta el norte. En noviembre acababa la cosecha y regresábamos a México", recordó.
Hernández, quien nació en California, cursó Ingeniería con especialidad en señales y sistemas en la Universidad del Pacífico.
En 2000 empezó a trabajar para la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por su siglas en inglés) y después de varios intentos infructuosos, en 2005 fue admitido en el programa de astronautas.
Para este hispano lo más duro no ha sido el aspecto de preparación física, sino el estudio de todos los componentes de la misión asignada.
"Lo más difícil es aprender los sistemas del transbordador, aprender los sistemas de la estación internacional y cómo reaccionar si algo va mal durante el vuelo. Esos son los entrenamientos más difíciles. Más bien se trata de una gran preparación mental y de mucho estudio", comentó.
Hace tres años, este astronauta creó una fundación sin ánimo de lucro, que lleva su nombre, con el objetivo de difundir por un lado la idea de que cualquier sueño se puede hacer realidad y, por otra parte, transmitir cuál es la relevancia de los programas de exploración espacial.
Ante la posibilidad de que la crisis económica y la llegada a la presidencia del demócrata Barack Obama puedan perjudicar el futuro de la NASA, el astronauta destacó que hay que tener en cuenta que los programas de exploración espacial pueden generar tecnologías que den resultados específicos y prácticos.
"Hay varios estudios que han enseñado que, tanto Estados Unidos, como China y otros países, en definitiva las naciones que mantienen programas de exploración espacial pueden usar esas tecnologías y hay un beneficio para la economía porque incluso pueden convertirse en una fuente de creación de empleo", aseveró.
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