El anciano padece reumatismo crónico desde hace tres años, su situación es triste debido a su situación económica.
VIERNES 25/FEBRERO/2011
MULTÉ, BALANCÁN, TABASCO
JULIAN MALDONADO LAINES
TABASCO HOY/Corresponsal
Balancannoticias.blogspot.com
Descansando en una vieja hamaca, en una rustica casa de madera, con piso de tierra y techo con lámina ubicada en la calle Marina S/N del poblado Multé en este municipio, Don Carmen Castillo Jiménez, sufre con su padecimiento postrado debido a una enfermedad que padece en los huesos y entre lagrimas narra que fue abandonado por sus familiares, solo sobrevive gracias a la ayuda de un sobrino y de sus vecinos, que se apiadan regalándole un plato de comida, algunas ropas y medicinas con los cuales sobrevive.
Con 80 años a cuestas, con un acento en su voz de tranquilidad, resignado comenta a este reportero, que su oficio de toda su vida fue el de campesino, cultivar maíz, frijol, chile, tomate, entre otros, fue su modo de vida hasta hace tres años que empezó a perder la movilidad de sus piernas a consecuencia del reumatismo crónico.
“Desde entonces he ido de mal en peor en mi salud, actualmente ya no puedo caminar y debido a lo mismo ya no he podido hacer ninguna actividad para sostenerme económicamente, soy muy pobre”, dice con voz triste y su vista perdida en los recuerdos.
En la humilde casa de 4 por 4 metros, donde solo como mobiliario tiene una cama de hilos con una colchoneta para que sea más cómoda, un baúl de ropa, tres ollas, una mesita y dos sillas, transcurre el otoño de su vida “Don Carmen Pelón”, como popularmente lo conocen sus vecinos.
José Domínguez Sip, sobrino de Don Carmen, comenta que hasta el momento el junto con los vecinos se han hecho cargo de atenderlo, tanto en su aseo personal, como en alimentación y darle sus medicinas a las horas correspondientes, pero que necesitan que las autoridades los ayuden con medicamentos, despensas y otros apoyos, que requiere el el anciano, ya que hasta la ayuda que recibía del programa oportunidades se la quitaron, porque no podía cobrar personalmente su pago.
Por otra parte agrega el sobrino, que hace 17 días don Carmen tuvo una caída al quererse parar de su hamaca donde descansa la mayor parte del día, lo que le provocó dos grandes heridas en sus rodillas, las cuales se las curan pero hacen falta material médico, además de amarrarlo de sus pies a los horcones de la vivienda con el fin de asegurarlo y no se vuelva a caer.
“Tengo un hijo de nombre José, que vive en una comunidad que se llama Sandíal en el municipio de Nacajuca, se que allá trabaja pero solo le pido a la Virgen de Guadalupe que se compadezca de mí y que venga al pueblo a verme, antes de irme de este mundo”, señala el octogenario.
Por último su sobrino y los vecinos de Don Carmen piden ayuda a las autoridades y solicitan a los familiares que puedan apoyarlo con algo, que vengan a verlo, ya que su condición es lamentable, pero su tristeza es más grande debido al olvido en que lo tiene su único hijo.
VIERNES 25/FEBRERO/2011
MULTÉ, BALANCÁN, TABASCO
JULIAN MALDONADO LAINES
TABASCO HOY/Corresponsal
Balancannoticias.blogspot.com
Descansando en una vieja hamaca, en una rustica casa de madera, con piso de tierra y techo con lámina ubicada en la calle Marina S/N del poblado Multé en este municipio, Don Carmen Castillo Jiménez, sufre con su padecimiento postrado debido a una enfermedad que padece en los huesos y entre lagrimas narra que fue abandonado por sus familiares, solo sobrevive gracias a la ayuda de un sobrino y de sus vecinos, que se apiadan regalándole un plato de comida, algunas ropas y medicinas con los cuales sobrevive.
Con 80 años a cuestas, con un acento en su voz de tranquilidad, resignado comenta a este reportero, que su oficio de toda su vida fue el de campesino, cultivar maíz, frijol, chile, tomate, entre otros, fue su modo de vida hasta hace tres años que empezó a perder la movilidad de sus piernas a consecuencia del reumatismo crónico.
“Desde entonces he ido de mal en peor en mi salud, actualmente ya no puedo caminar y debido a lo mismo ya no he podido hacer ninguna actividad para sostenerme económicamente, soy muy pobre”, dice con voz triste y su vista perdida en los recuerdos.
En la humilde casa de 4 por 4 metros, donde solo como mobiliario tiene una cama de hilos con una colchoneta para que sea más cómoda, un baúl de ropa, tres ollas, una mesita y dos sillas, transcurre el otoño de su vida “Don Carmen Pelón”, como popularmente lo conocen sus vecinos.
José Domínguez Sip, sobrino de Don Carmen, comenta que hasta el momento el junto con los vecinos se han hecho cargo de atenderlo, tanto en su aseo personal, como en alimentación y darle sus medicinas a las horas correspondientes, pero que necesitan que las autoridades los ayuden con medicamentos, despensas y otros apoyos, que requiere el el anciano, ya que hasta la ayuda que recibía del programa oportunidades se la quitaron, porque no podía cobrar personalmente su pago.
Por otra parte agrega el sobrino, que hace 17 días don Carmen tuvo una caída al quererse parar de su hamaca donde descansa la mayor parte del día, lo que le provocó dos grandes heridas en sus rodillas, las cuales se las curan pero hacen falta material médico, además de amarrarlo de sus pies a los horcones de la vivienda con el fin de asegurarlo y no se vuelva a caer.
“Tengo un hijo de nombre José, que vive en una comunidad que se llama Sandíal en el municipio de Nacajuca, se que allá trabaja pero solo le pido a la Virgen de Guadalupe que se compadezca de mí y que venga al pueblo a verme, antes de irme de este mundo”, señala el octogenario.
Por último su sobrino y los vecinos de Don Carmen piden ayuda a las autoridades y solicitan a los familiares que puedan apoyarlo con algo, que vengan a verlo, ya que su condición es lamentable, pero su tristeza es más grande debido al olvido en que lo tiene su único hijo.
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