Josef Fritzl fue acusado de asesinato, esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto por el juez.
JUEVES 13/NOV/08
MÉXICO, D.F.
AGENCIAS
Radio Noticias Balancán (RNB)
La Fiscalía de Viena ha incluido los cargos de asesinato, esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto en el pliego formal de acusaciones contra Josef Fritzl, el austríaco que mantuvo a su hija encerrada durante 24 años en el sótano de su casa.
La acusación, anunciada hoy por la Fiscalía de la ciudad austríaca de Sankt Polten, implica que Fritzl, de 73 años, puede ser condenado a cadena perpetua, al entender que es responsable de la muerte poco después de nacer de uno de los siete niños fruto de las innumerables violaciones a su hija, reportó el portal del diario público.es
Según la Fiscalía, el acusado, "pese a tener conocimiento de la situación de peligro para la vida del bebé, omitió premeditadamente disponer la necesaria ayuda de terceros". Esta acusación se basa en un informe pericial que concluyó que el niño, gemelo de otro que , habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.
Muerte de un bebé
El peritaje se basó en las declaraciones de la hija de Fritzl y madre del niño, Elisabeth, que aseguró que nada más nacer Michael, como llamó al bebé, se percató de que "algo no iba bien". La mujer aseguró que su padre, y a la vez padre de la criatura, no reaccionó ante los evidentes problemas de salud del pequeño. Setenta horas después del parto, Michael murió.
La versión del conocido como "el carcelero de Amstetten" es que él no asistió al parto, que no visitó a su hija en el sótano inmediatamente tras el nacimiento y que no se enteró de que había sido padre de gemelos hasta que el niño ya estaba muerto y su hija le entregó el cadáver para que lo enterrara. Fritzl incineró el cuerpo del bebé en la caldera de la casa.
Además, el pliego de cargos incluye el de esclavitud, al indicar que Elisabeth, hoy de 42 años, estuvo sometida a un "estado similar a la esclavitud" entre el 29 de agosto de 1984 y el 26 de abril de 2008, cuando fue liberada. La Fiscalía señala que Fritzl "secuestró y encerró" a la mujer, a la que exigió sus "servicios sexuales" y la trató como si fuera su "propiedad".
Los cargos no sólo se refieren a los abusos contra Elisabeth, sino también contra tres de los hijos a los que mantuvo ocultos en el sótano. El documento del fiscal se refiere a que las cuatro víctimas fueron "encerradas ilegalmente en un sótano estrecho y húmedo de su casa, sin ventanas y sin luz natural ni ventilación".
Además, se les amenazó continuamente con el uso de gas o de explosivos en caso de que trataran de escapar. Los otros tres hijos fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres.
El caso se destapó el pasado día 19 de abril, justo cuando Kerstin, la primogénita de Elisabeth, cayó enferma y su madre convenció a Josef de que la llevara al hospital.
Allí, ante la extraña dolencia de la joven, los médicos insistieron en contactar con la madre. La llegada de Elisabeth al hospital despertó la sospecha de los facultativos, que avisaron a la Policía, tras lo que Elisabeth y su padre confesaron los hechos.
JUEVES 13/NOV/08
MÉXICO, D.F.
AGENCIAS
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La Fiscalía de Viena ha incluido los cargos de asesinato, esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto en el pliego formal de acusaciones contra Josef Fritzl, el austríaco que mantuvo a su hija encerrada durante 24 años en el sótano de su casa.
La acusación, anunciada hoy por la Fiscalía de la ciudad austríaca de Sankt Polten, implica que Fritzl, de 73 años, puede ser condenado a cadena perpetua, al entender que es responsable de la muerte poco después de nacer de uno de los siete niños fruto de las innumerables violaciones a su hija, reportó el portal del diario público.es
Según la Fiscalía, el acusado, "pese a tener conocimiento de la situación de peligro para la vida del bebé, omitió premeditadamente disponer la necesaria ayuda de terceros". Esta acusación se basa en un informe pericial que concluyó que el niño, gemelo de otro que , habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.
Muerte de un bebé
El peritaje se basó en las declaraciones de la hija de Fritzl y madre del niño, Elisabeth, que aseguró que nada más nacer Michael, como llamó al bebé, se percató de que "algo no iba bien". La mujer aseguró que su padre, y a la vez padre de la criatura, no reaccionó ante los evidentes problemas de salud del pequeño. Setenta horas después del parto, Michael murió.
La versión del conocido como "el carcelero de Amstetten" es que él no asistió al parto, que no visitó a su hija en el sótano inmediatamente tras el nacimiento y que no se enteró de que había sido padre de gemelos hasta que el niño ya estaba muerto y su hija le entregó el cadáver para que lo enterrara. Fritzl incineró el cuerpo del bebé en la caldera de la casa.
Además, el pliego de cargos incluye el de esclavitud, al indicar que Elisabeth, hoy de 42 años, estuvo sometida a un "estado similar a la esclavitud" entre el 29 de agosto de 1984 y el 26 de abril de 2008, cuando fue liberada. La Fiscalía señala que Fritzl "secuestró y encerró" a la mujer, a la que exigió sus "servicios sexuales" y la trató como si fuera su "propiedad".
Los cargos no sólo se refieren a los abusos contra Elisabeth, sino también contra tres de los hijos a los que mantuvo ocultos en el sótano. El documento del fiscal se refiere a que las cuatro víctimas fueron "encerradas ilegalmente en un sótano estrecho y húmedo de su casa, sin ventanas y sin luz natural ni ventilación".
Además, se les amenazó continuamente con el uso de gas o de explosivos en caso de que trataran de escapar. Los otros tres hijos fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres.
El caso se destapó el pasado día 19 de abril, justo cuando Kerstin, la primogénita de Elisabeth, cayó enferma y su madre convenció a Josef de que la llevara al hospital.
Allí, ante la extraña dolencia de la joven, los médicos insistieron en contactar con la madre. La llegada de Elisabeth al hospital despertó la sospecha de los facultativos, que avisaron a la Policía, tras lo que Elisabeth y su padre confesaron los hechos.
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